Divulgación Científica
Aportes de Aguas Glaciales y Periglaciales en Cabeceras de Cuencas de los Andes Centrales
El Dr. Sebastián Crespo, Investigador de IANIGLA - CONICET, ingeniero agrónomo, doctor en ciencias aplicadas y doctorando en ciencias sociales, nos devela cómo aborda la fascinante pregunta de cuánta agua proviene de glaciares, precipitaciones y aguas subterráneas en los Andes Centrales. Su enfoque se basa en el análisis de señales naturales en el agua, como iones e isótopos estables, revelando pistas esenciales para la gestión hídrica y la adaptación al cambio climático en esta región crítica.
En el contexto del seminario "Persiguiendo al Río, aportes de aguas glaciales y periglaciales en cabeceras de cuencas de los Andes Centrales", el Dr. Sebastián Crespo nos lleva en un viaje al corazón de los Andes Centrales de Argentina y Chile. Su investigación se centra en responder una pregunta fundamental: ¿cuál es la proporción de aporte de agua desde glaciares, precipitaciones y aguas subterráneas a un río? A través de señales naturales en el agua, como iones e isótopos estables, se adentra en la complejidad de esta cuestión, revelando hallazgos cruciales para la gestión hídrica en una región donde el agua es un recurso vital en riesgo debido al cambio climático.
- Dr. Crespo, gracias por compartir sus conocimientos con nosotros en esta conferencia. Comencemos con la pregunta central de su investigación: ¿cómo determina la proporción de aportes de agua desde diferentes fuentes en los Andes centrales?
En esta investigación, utilizamos señales naturales en el agua, como su composición de iones mayoritarios e isótopos estables, para rastrear el origen y el comportamiento del agua en las cuencas de los Andes centrales. Estas señales proporcionan pistas valiosas sobre cuánta agua proviene de las distintas fuentes de origen de las aguas (glaciares, glaciares de escombros, lluvia, nieve y aguas subterráneas) y cómo se mezclan en el flujo de los ríos.
Señales Naturales y Métodos de Investigación
- ¿Puede explicarnos cómo funcionan estas señales naturales en el agua y cómo las utiliza para determinar la procedencia del agua en una cuenca?
Claro, las señales naturales en el agua se refieren a las diferencias en la composición química e isotópica del agua según su origen y su interacción con el entorno. Por ejemplo, los glaciares tienen una composición iónica e isotópica característica debido a su proceso de formación, como el origen de la fuente de humedad de las precipitaciones que los formaron, o el distinto tiempo de contacto que tuvo el agua con los sedimentos y el aire. Al analizar estas señales en muestras de agua de ríos y fuentes en las cabeceras de cuencas, podemos identificar cuánta agua proviene de glaciares, de precipitaciones o desde las aguas subterráneas y cómo se mezclan en el flujo del río.
- ¿Cuáles son los principales hallazgos de sus investigaciones utilizando estas metodologías?
Previo a estas publicaciones [1,2], que especifican los aportes discriminados en tiempo y tipo de fuente de agua (glaciares, glaciares de escombros o rocosos, aguas subterráneas y precipitaciones) y otras previas que con diferentes metodologías esbozaban a modo más general los aportes de verano de los ambientes glaciales [3, 4], las instituciones encargadas del manejo del agua tanto en Mendoza como en Chile afirmaban que el aporte glacial era casi despreciable, con un máximo de un 10% del caudal. A través de estas investigaciones no sólo se pudo cuantificar por primera vez cuál era el aporte discriminado proporcional desde los glaciares, glaciares de escombros, aguas subterráneas y precipitaciones nivales y pluviales, sino que se pudo reafirmar que los glaciares en general aportan más de la mitad del agua estival en años secos, cuando la demanda de agua es más alta y la oferta de precipitaciones no alcanza a satisfacerla. Esto subraya la importancia de proteger estos ecosistemas críticos en un contexto de cambio climático y, por esta razón, el trabajo realizado en la cuenca del río Aconcagua, cuenca espejo a la del río Mendoza pero del lado chileno, fue expuesto en el Senado chileno y me invitaron a participar como asesor en la ley de glaciares de dicho país. Allí, junto con un equipo de investigadores, pudimos contribuir desde la ciencia logrando importantes avances en la ley, que pudo volver por primera vez a diputados, luego de 17 años de iniciado el debate.
Crisis Hídrica y Adaptación
- ¿Cómo se relaciona su investigación con la crisis hídrica que afecta a la región de los Andes centrales?
La crisis hídrica en esta región es alarmante, y estos hallazgos proporcionan información importante para mejorar la comprensión y gestión del agua. La disminución de las precipitaciones y aumento de temperaturas que generan retrocesos de glaciares y cambio en el monto y tipo de precipitación, exigen medidas de adaptación. Comprender cuánta agua proviene de diferentes fuentes nos permite tomar decisiones informadas y optimizar la forma y oportunidad de la gestión hídrica.
- ¿Cuáles son las medidas clave que deben tomarse para abordar esta crisis hídrica y proteger los glaciares?
No proteger realmente a las cabeceras de cuenca es no entender la verdadera dimensión del cambio climático que pendula sobre nuestro futuro. La protección es central. Afortunadamente, Argentina cuenta con la ley de protección de glaciares desde 2010 y en Mendoza, además, la Ley 7722 protege las zonas de captación de las aguas de actividades potencialmente contaminantes, como la minería metalífera. Pero no sólo es una cuestión de preservación sustentable de la cantidad y calidad del agua cuando se habla de protección de cabeceras de cuenca, sino que se trata de entenderla también desde la sostenibilidad, o sea, incluyendo una mirada de adaptación económica. Reforzar la marca global que tiene Mendoza como fuente de agua pura del cordón más alto fuera de los Himalayas no sólo genera mucho turismo y eco-turismo, sino que el crecimiento de esas ramas es exponencial y poder tener, por ejemplo, el potencial de esa marca de “cultivos regados con glaciares y desde montañas puras” es algo que nos distingue de competidores directos como Australia, Chile, Sudáfrica y varias regiones de Estados Unidos y Europa. Como mencionaba, los glaciares son la fuente principal de agua en los veranos de años secos, cuando la demanda supera a la oferta de agua y abastecen con, al menos, la mitad del agua a una población de más de 12 millones de habitantes repartidos entre los Andes centrales de Chile y Argentina para el uso doméstico, la irrigación, la industria, la hidroelectricidad y también la recarga de los acuíferos que se usan aguas abajo. Por ejemplo, en el caso de Chile, la ley de protección de glaciares implicaría una disminución de gastos superiores al 20% del PBI por el sólo ahorro en construcción de embalses para contener el equivalente en agua que, natural y gratuitamente, ya regulan los glaciares.
Futuro y Colaboración
- ¿Cuál es su visión para el futuro de la gestión hídrica en los Andes Centrales?
Mi visión es que la adaptación al cambio climático es centralmente cultural. Cuando en breve la sociedad entienda más cabalmente la gravedad del cambio climático, donde uno de los componentes centralmente afectados es la disponibilidad del agua, demandará aún más que los tomadores de decisión no intenten flexibilizar la legislación y también que escuchen más a la ciencia para la toma de decisiones. La combinación de investigaciones sólidas, legislación protectora y conciencia pública aporta y aportará mucho a la adaptación al cambio climático. Debemos trabajar en colaboración para garantizar la seguridad hídrica territorial en esta región vulnerable.
- Por último, ¿cuál es el mensaje más importante que desea transmitir a aquellos interesados en la gestión hídrica y la conservación en los Andes centrales?
Quiero enfatizar que el agua es un recurso vital en riesgo en los Andes centrales debido al cambio climático. Debemos cuidar lo logrado y desarrollar estrategias de adaptación sólidamente fundamentadas, que contemplen el presente y futuro y no sólo una ecuación econométrica lineal. La colaboración entre científicos, tomadores de decisión, organizaciones y la comunidad es clave para apuntar a la seguridad hídrica territorial.
La investigación del Dr. Sebastián Crespo arroja luz sobre el ciclo hidrológico en los Andes Centrales, utilizando señales naturales en el agua para determinar la proporción de aportes de glaciares, precipitaciones y aguas subterráneas. Sus hallazgos son esenciales en la lucha contra la crisis hídrica y el cambio climático en esta región crítica. La protección de las cabeceras de cuenca y la colaboración entre científicos, organizaciones, comunidad y legisladores son pasos clave hacia un futuro sostenible en los Andes centrales.
Referencias:
[1] Crespo, S., Lavergne, C., Fernandoy, F., Muñoz, A., Cara, L. and Olfos Vargas, S. (2020). Where Does the Chilean Aconcagua River Come from? Use of Natural Tracers for Water Genesis Characterization in Glacial and Periglacial Environments. Water, MDPI. DOI: 10.3390/w12092630. Disponible en: https://www.mdpi.com/2073-4441/12/9/2630
[2] Crespo, S., Fernandoy, F., Cara, L., Klarian, S. and Lavergne, C. (2020). First snow, glacier and groundwater contribution quantification in the upper Mendoza River basin using stable water isotopes. Isotopes in Environmental and Health Studies. DOI: 10.1080/10256016.2020.1797713.
[3] Peña, H., & Nazarala, B. R. A. H. I. M. (1987). Snowmelt-runoff simulation model of a central Chile Andean basin with relevant orographic effects. IAHS-AISH publication, (166), 161-172.
[4] Ayala, Á., Farías-Barahona, D., Huss, M., Pellicciotti, F., McPhee, J., & Farinotti, D. (2019). Glacier runoff variations since 1955 in the Maipo River Basin, semiarid Andes of central Chile.